La construcción del marco teórico se realizodesde algunos conceptos y teorías ya existentes sobre desarrollo de inteligencia emocional eincluye la formación y condiciones del hogar como medios reproductivos, abarcando su concepción, las pautas de crianza, su alimentación, la institución escolar, la supervivencia, la salud infantil y la familia.
¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
El término “inteligencia emocional” fue utilizado por primera vez en 1990 por los Psicólogos Peter Salovey de la Universidad de Harvard y John Mayer de la Universidad de New Hampshire. Se lo empleó para describir las cualidades emocionales que parecen tener importancia para el éxito. Estas pueden incluir:
- La empatía.
- La expresión y comprensión de los sentimientos.
- El control de nuestro genio.
- La independencia.
- La capacidad de adaptación.
- La simpatía.
- La capacidad de resolver los problemas en forma interpersonal.
- La persistencia.
- La cordialidad.
- La amabilidad.
- El respeto.
El entusiasmo respecto del concepto de inteligencia emocional comienza a partir de sus consecuencias para la crianza y educación de los niños, pero se extiende al lugar de trabajo y prácticamente a todas las relaciones y los emprendimientos humanos. Los estudios muestran que las mismas capacidades del CE que dan como resultado que su niño sea considerado como un estudiante entusiasta por su maestra o sea apreciado por sus amigos en el patio de recreo, también lo ayudarán dentro de veinte años en su trabajo o matrimonio.
Pero ya no nos podemos permitir el lujo de criar y educar a nuestros hijos basándonos meramente en la intuición o en “la aplicación correcta de una política”. Tal como ocurre en medicina o en otras ciencias “difíciles” debemos recurrir a un cuerpo de conocimientos para tomar decisiones bien informadas que afectarán el bienestar cotidiano de nuestros hijos. El profesor William Damon de la Brown University explica esto con energía en el prefacio de su libro, The Moral Child (El Niño Moral): “La investigación científica sobre la moralidad de los niños tiene un gran potencial para ayudarnos en nuestro deseo apremiante de mejorar los valores morales de los niños. Sin embargo, se trata de una potencialidad que aun no ha sido aprovechada porque gran parte de dicha investigación resulta desconocida para el público, es ignorada como algo ajeno a la cuestión, o es desprestigiada al considerársela un disparate sin contacto con la realidad… En parte el trabajo erudito sobre la moralidad de los niños resulta oscuro porque ha quedado limitado a publicaciones académicas y se ha difundido en una serie de escritos profesionales desiguales”.
También podemos recurrir a las escuelas para obtener una información práctica acerca de la efectividad de la enseñanza relacionada con temas de inteligencia social y emocional. Aunque existe una controversia entre los educadores en cuanto al valor de introducir temas de salud mental en la educación pública, durante los últimos veinte años se han gastado cientos de millones de dólares en la enseñanza de conocimientos sociales y emocionales. Podemos descubrir el origen de la legitimación de la enseñanza de estos conocimientos en las escuelas.
Participación activa en la vida emocional de los infantes.
Tener una participación activa en la vida emocional de los menores, es un apoyo primordial, lo cual producirá a largo plazo, el efecto de hacer creer en ellos una imagen, y que posean capacidad de decisión, hasta incluso, mejorar su salud mental y física. De los adultos dependerá una relación positiva con ellos, de acuerdo a la calidad de tiempo que se les dedique.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL UNA NUEVA FORMA DE EDUCAR
Ayudar a los padres y madres el concepto de inteligencia emocional y como esta herramienta puede ayudarlos a tener mejores relaciones inter e intrapersonales en donde es fundamental educar a un niño emocionalmente inteligente es su tiempo unido a esto desarrollar una pauta de pensamiento realista ser sincero y veraz.
COMO INFLUYEN LAS EMOCIONES EN EL ESTUDIO Y EL APRENDIZAJE
La influencia de las emociones en el aprendizaje es significativo y juegan un papel muy importante en todas las etapas de la vida. Como es natural, hay emociones que favorecerán nuestro aprendizaje, y hay otras que lo perjudican o lo obstaculizan.
A priori, podríamos decir que estados anímicos como la alegría, el entusiasmo o el coraje nos impulsan con la energía emocional adecuada para llevar adelante con eficiencia cualquier proceso de aprendizaje. Y estados anímicos como la tristeza, el miedo o la cólera perturban, obstaculizan o incluso pueden llegar a invalidar el proceso de aprendizaje.
Los padres y madres de todo el mundo comienzan a descubrir que la vida requiere una preparación más amplia que la ofrecida por los planes de estudio tradicionales.
LA EDUCACIÓN EN VALORES
Existen cuatro maneras posibles de enseñar normas éticas y destrezas vitales. Constituyen las cuatro ‘E’ de la educación de la conducta: Ejemplo, Exhortación, expectativa Y emulación
De estas cuatro técnicas, probablemente la enseñanza por el ejemplo resulte la más efectiva, como sostenía el gran filósofo John Locke y como lo han comprobado la investigación de laboratorio contemporánea.
La exhortación-el enfoque que se basa en los mensajes de ‘haz esto’ y ‘no hagas aquello’- es mucho menos productiva, puesto que estimula el tipo de respuesta de ‘pintura fresca’, cuando nos vemos tentados a mostrar nuestra independencia al actuar de forma abiertamente contraria a las instrucciones que recibimos.
Los niños dejan caer su caja de juguetes ‘sin querer’ cuando se les pide que se queden tranquilos, y los adultos se detienen a tocar la pintura fresca cuando específicamente se les pide que eviten hacerlo. Para provocar cambios en la conducta, la exhortación normalmente requiere ser reforzada por el ejemplo personal.
La expectativa es una manera más indirecta de lograr esquemas de conducta deseados, que funciona mediante la creación de profecías que se autorrealizan. Si asignamos a los adolescentes el atributo de ser excepcionalmente pulcros o gentiles, se sienten inclinados a actuar de tal modo para hacerse merecedores de estos elogios.
Del mismo modo, si elogiamos a nuestros futuros vecinos por su gentileza, se sienten obligados a responder a esta reputación y nos llevan a casa las bolsas del supermercado o cortan el césped de nuestros jardines cuando nos vamos de vacaciones.
Experimentos realizados por los psicólogos R. Rosenthal y L. Jacobson, que han sido descriptos en su libro ‘PYGMALION IN THE CLASSROOM’, demuestran la efectividad de esta artimaña. Tomaron al azar a algunos niños de primer grado y les asignaron resultados falsos de test psicológicos. Estas falsas evaluaciones presentaban una imagen exagerada de sus capacidades y sugirieron tanto a los niños como a sus maestros que estaban destinados a obtener importantes logros.
Aunque esta promesa no contaba con una base real, al año siguiente los niños realmente superaron a sus pares, lo que muestra que indudablemente nos comportamos a la altura de las expectativas de los demás.
Los primeros educadores griegos probablemente usaran esta técnica para modelar la conducta de sus alumnos, aunque ponían mucho más énfasis en la cuarta estratagema: la emulación. Todas las culturas han tenido sus héroes. A los cristianos de la Edad Media se los estimulaba a modelar su vida según la de los santos, a quienes habían elegido como parangones de piedad y devoción.
COMO PARTICIPAR EN EL APRENDIZAJE DE SUS HIJOS
Sólo un pequeño porcentaje de los padres participan intensamente en la educación de sus hijos, pero su número parece estar creciendo. Si pudiera dedicar sólo una hora diaria de tiempo activo a la educación de los hijos, esto equivaldría a un 20 a 30 por ciento de aumento en la experiencia educativa de nuestros jóvenes.
Usted puede comenzar su participación familiarizándose con lo que su hijo está (y no está) aprendiendo en el aula. Si el profesor de su hijo no le da información sobre los conocimientos enseñados cada semana, entonces debería ciertamente solicitar dicha información. Los docentes siguen un programa de estudios estandarizado y elaboran planes de lecciones semanales y diarios.
Puntos para mejorar las condiciones educativas:
- Comience por esperar más de sus hijos. Esperar más de los niños los hace esperar más de sí mismos.
- Exija que trabajen más duro y dediquen más tiempo a las tareas escolares, las domésticas, la lectura y el conocimiento de su mundo.
- Permita que sus hijos controlen aspectos de su propio aprendizaje.
- Enséñeles cómo controlar su tiempo y evaluar el resultado de sus esfuerzos.
- Si sus hijos de edad escolar no se desempeñan de acuerdo con sus capacidades, puede trabajar en forma cooperativa con los docentes para desarrollar un programa educativo que divida el aprendizaje en pequeños pasos y le permita a sus hijos el establecimiento de sus propias metas y la evaluación de su propio progreso y les enseñe a través de enfoques multisensoriales utilizando el arte, la música y el aprendizaje empírico.
- En lugar de culpar a las Instituciones por no hacer lo suficiente, aumente el tiempo que dedica a la educación de sus hijos.
- Las computadoras, y en particular Internet, proporcionan recursos y oportunidades de aprendizaje ilimitados.
CÓMO CONVERTIRSE EN UN PADRE CON UN CE ELEVADO
Los investigadores que estudian cómo reaccionan los padres con sus hijos han descubierto que existen tres estilos generales de ser padres: el autoritario, el permisivo y el autorizado.
Los padres autoritarios establecen normas estrictas y esperan que sean obedecidas. Creen que los niños deberían ser “mantenidos en su lugar”, y los desalientan a expresar sus opiniones. Los padres autoritarios tratan de dirigir un hogar sobre la base de la estructura y la tradición, aunque en muchos casos su énfasis en el orden y el control se vuelve una carga para el niño.
En su libro, Raising a Responsible Child (Educando a un niño responsable), Elizabeth Ellis escribe: “Según muchos estudios, los niños de familias autoritarias que ejercen un control rígido no la pasan muy bien (…) tienden a ser infelices y reservados, y tienen dificultades para confiar en los demás. Presentan los niveles más bajos de autoestima (comparados con los niños educados por padres que no ejercen un control tan marcado)”.
El padre permisivo, por otra parte, busca mostrar la mayor aceptación y transmitir el mayor aliento posible, pero tiende a ser muy pasivo cuando se trata de fijar límites o de responder a la desobediencia. Los padres permisivos no imponen exigencias fuertes y ni siquiera tienen metas muy claras para sus hijos, creyendo que se les debería permitir un desarrollo conforme a sus inclinaciones naturales.
Los padres autorizados, contrariamente a los padres autoritarios y a los permisivos, logran equilibrar límites claros con un ambiente estimulante en el hogar. Ofrecen una orientación, pero no ejercen control; dan explicaciones para lo que hacen permitiendo al mismo tiempo que los niños contribuyan en la toma de decisiones importantes.
Los padres autorizados valoran la independencia de sus hijos pero los comprometen con criterios elevados de responsabilidad hacia la familia, los pares y la comunidad.
El comportamiento dependiente e infantil es desalentado. Se alienta y elogia la competencia. Tal como podría esperarse, numerosos estudios consideran que los padres autorizados tienen el estilo que puede permitir el crecimiento de niños con confianza en sí mismos, independientes, imaginativos, adaptables y simpáticos con grados elevados de inteligencia emocional.